miércoles, 27 de junio de 2007

DE VUELTA AL NORTE DE ARGENTINA Y DESPEDIDA

Dejando atrás el Valle de la Luna, y como paso intermedio necesario, tuve que pasar por La Rioja, antes de volver a Salta la linda. La verdad es que solo estuve unas horas mientras tenía que esperar el siguiente autobús, pero es una ciudad interesante, sobre todo porque coincidió que estaba el Festival de Productos Artesanos situado en la Plaza de la ciudad, y tuve la oportunidad de probar todos los vinos de la zona, y tengo que decir que son buenos (hombre nunca como los de la Rioja de España...), y probar un montón de cosas caseras y todo gratis!!
De vuelta a Salta la linda (entradas de principio del blog) aproveché para hacer lo que mis otros primos y yo no hicimos la primera vez: subir al mirador en teleférico y observar la magnífica vista de todo el valle en el que está situada la ciudad. Además, me volví a reencontrar con Ricardo y su amigo "el pelao" que tan bien nos habían acogido la primera vez, y celebramos el reencuentro yendo a una de las peñas de la ciudad a disfrutar de una cena de la cocina típica de la zona y de buena música tradicional.
En esta zona se encuentra la Quebrada de Humahuaca, Patrimonio de la Humanidad, que se caracteriza por sus montañas de múltiples colores, y por sus pueblos de población puramente india. De esta quebrada, habíamos visitado la primera vez Purmamarca y Tilcara, pero lo que no sabía es que lo mejor de todo nos había quedado por ver: el pueblo de Iruya. Tan bien me habían hablado de él a lo largo del viaje, que antes de pasar a Bolivia, y porque quedaba más o menos de camino, decidí visitarlo antes de despedirme de Argentina (por fin...)
Desde el pueblo de Humahuaca se puede ir hasta Iruya en autobús. Este recorrido es impresionante se llegan a alcanzar los 4000 metros de altura sobre el nivel del mar con una vista increíble. Cuando crees que no puede ser mejor, entonces comienzas a bajar y descubrir un increíble cañón de colores en el cual se encuentra ubicado el pueblo de Iruya (que no está a 4000 metros pero si a unos 3000 m). Este es un pueblecito muy pequeño donde toda la gente es descendiente de los Quechuas y siguen manteniendo sus tradiciones así como su indumentaria. Se que mi madre y sobre todo las chicas de pintura desearían ver alguna foto de sus gentes, pero cuando uno está allí se da cuenta de que es una falta de respeto sacarles fotos como si fueran piezas de museo, y de echo no les parece nada bien, cosa que entiendo.
Las fotos no pueden hacer justicia al paisaje que rodea este sitio, pero para haceros una idea espero que sirvan.
Desde Iruya se puede ir caminando a varios pueblos, los cuales no están comunicados por carretera, solo se puede acceder caminando a través del inmenso cañón. Yo me acerqué hasta San Isidro, que la caminata en principio era solo de dos horas, pero ya ya...dos horas los .... y parecerá una tontería pero caminar y cuesta arriba a esa altura no es nada fácil, porque te falta el aire, te duele la cabeza, te mareas....el mal de altura, que aquí lo llaman la puna, que solo se combate mascando hoja de coca, cosa que quieras o no acabas haciendo sino quieres estar apijotao todo el rato. En contra de lo que toda la gente pueda pensar, "mascar" hoja de coca no tiene nada que ver son su conocida derivada la cocaína, solo hace que puedas estar normal. En realidad, tampoco se masca, sino que las hojas se colocan enteras en la boca en un lateral, y se deja que la saliva vaya actuando poco a poco.

Iruya supuso el colofón final a la visita de Argentina, que se alargó bastante más de lo previsto, y tengo que decir que de todo lo que ví fue lo que más me gustó. Hablaba del Parque de Talampaya en la entrada del Valle de la Luna, diciendo que no merecía la pena pagar la barbaridad que hay que pagar para verlo, porque además había algo más bonito en el norte de Argentina y me refería al cañón en el que se encuentra Iruya.

Haciendo un resumen del viaje por Argentina, se puede decir que es un país de contrates totalmente diferente de norte a sur, y de este a oeste, por eso me atrapó casi 4 meses. El sur al más puro estilo europeo, y el norte casi puramente indígena. El oeste verde y montañoso ( Bariloche, Ushuaia,...) y el este pura Pampa y Patagonia, seco y casi desértico. Es un país digno de visitar por tanto como tiene que ver como por su gente tremendamente hospitalaria y amiga de ayudar, sobre todo más al norte que al sur. Y como no, por sus carnes (ay!!! esos bifes de chorizo, como los voy a echar de menos en Bolivia!!!) y el cordero patagónico, el único que he podido no solo comer sino repetir!!!, y especial también por los buenos amigos que hemos hecho en este país, especialmente para mí Sami y Leo. Para ellos un montón de besos, y seguro que volveré a caer por Buenos Aires, no os librareis tan fácilmente!!!

Ciao Argentina!!

Nuria

PD. Ya sé que tengo pendientes las fotos del sur, pero las pondré, prometido!! chequear en las entradas de atrás de vez en cuando, es que tenía mucho trabajo acumulado...